Sunday, December 14, 2008

la nuit



No fue el Old fashioned ni la pintura rubia. Ni el armazón de palabras. Las mías, las que repetías, las que yo no sabía que te había prestado, las que hicieron de la mesa un paño verde, un paisaje, una burbuja. Tu boca, que supo ser roja, masticaba el aire. Lo paladeaba como si estuviera confitado. Como si fueras vos que lo hacía dulce, gomoso, frutal. Como si te apropiarás de las cosas a tu antojo, como si les pudieras dar forma. Vos que tenés dios, y aún más importante, una hermosa manera de sacarte la remera con una sola mano, estas muy cerca, y muy sola, cuando cerrás los ojos. Por eso fui yo que los cerré, por eso fui yo que creí. Nadie aprende nada, pensé. Nadie aprende, nada, escribí. Nadie, nada.

1 comment:

Anonymous said...

“Maravilloso”, como vos decís. Así es como a mí me gusta recordarlo:
“Los labios mas bellos del mundo” besándote...