Saturday, November 06, 2010

En el camino - Buenos Aires II




I
Desde la cima de la torre, un hombre sólo
le acaricia el lomo a la gente. Una masa animal,
un mismo grito, la misma historia, piensa,
y por primera vez les cree, y les teme
y por esa noche decide seguirlos desde su altar.

II
Una frazada negra entibia los cuerpos,
un poco los protege, un poco los desnuda.
En la cima el champagne, los hielos,
el balde de plata, el pañuelo blanco y la marcha,
un tin-tan metálico tras la cuerda a la cajita musical.
Ese regalo de un domingo de verano
ese hallazgo de anticuario,
esa pieza mecánica a la que llamó Eva
y terminó en la mesa del living
donde se sentaban las visitas
a tomar el té con scons.

III
El jazmín de las flores, se mezcla con el humo,
una nube incendiada alta en el cielo
llena de ojos, de lágrimas, de repente negra
a veces azul, de barro y de mugre, de trenes,
tibia en el silencio, con el calor de los cantos
que termina casi en fuego en las orillas de la masa.
A la cima no llegan las llamas, y el champagne helado
perfuma las heridas.

IV
Con el pañuelo blanco de seda en la mano
se despide de su amor en la historia,
esa tarde en que le declaró su amor al pueblo,
sentado en la silla de mimbre, en la galería de la estancia.
Antes de apagar la luz, tira aviones de papel por la ventana.
Caen sobre el lomo de sus caricias, con su deseo plegado
silbando entre el humo. Música aérea,
la más maravillosa para sus oídos.

Thursday, November 04, 2010

En el camino - Rosario III




No sabrías, qué hacer con la verdad
paladea cada palabra él, sentado en su sillón de cuero rojo.
Amo de la ciudad, amo del amor, amo de las mareas,
Amo de las especias que circulan en el mercado, amo de las que creen en él.
El rey de Rosario, amo y ama sin tener que moverse, sin sacar la mirada
de la fronda helada que flota sobre el rio, sin querer, como si nada.
Ella, recién salida del colegio, con un uniforme de chiffon negro
y la mirada llena de plumas, no teme, lo mira, casi nada.
Una caja de música en la boca, en los ojos un laberinto
y en el laberinto encerrado un toro. La bestia sangra, se revuelca y amenaza
es el mito del amor, es la infancia desnuda en su mirada.

Monday, November 01, 2010

En el camino - Calafate II




La memoria, ante el vuelo, posada en la pista de donde todo sale
donde todo llega. Desnuda, lista para llenarse de plumas, desnuda,
lista para llenarse de frio. Cuando el tiempo la vista voy a estar lejos
hundido en la resaca del olvido y seré yo el esqueleto de metal,
y sentiré yo el frío, y seré yo al que oxide el aire del mar.
La memoria, ante el vuelo, y en el vuelo el yo,
que cree que vuela porque quiere, que cree que el que vuela soy yo.

Thursday, October 28, 2010

En el camino - Calafate




Las postales te repiten, helada en el paisaje. En algún lugar
un guía lleva en puntas de pie a los que te caminan el cuerpo,
a los que aman crecer en tu espalda. Los llevan
hasta ese lugar de la memoria en que hasta las fotos son inofensivas,
en que las fotos son la memoria. Antes de volver a escribir
le doy vuelta la cara a mis palabras. Les arranco
la brillantina que les pegó el amor. Las acaricio
como a esos peces que deja en la arena el mar.
Creo que esta vez van a decir lo que yo quiero.
Temo que esta vez digan lo que yo quiero. Cada tanto
un trueno recuerda que el hielo cae,
un cartel que a veces también mata. El lago a mis pies
dónde es que termina todo.

Monday, October 25, 2010

En el camino - Dearborn IV




Su cuerpo, ventilado y refrigerado huye. En la estela estoy yo
contra las cuerdas de la memoria, tirando golpes para salvarme la herida.
Si se diera vuelta, y ella sabe cómo hacerlo
si me mirara, y ella recuerda cómo era,
todo terminaría.

The end.

El tren pasaría a ser un tren, la huida su huida, y ella ella.

La foto congela el momento en el momento ese
en que estoy a salvo. Ese instante memorable en que flota el yo
en la pileta olímpica de un amor que no termina más.

Saturday, October 23, 2010

En el camino - Dearborn III





Para mi padre Ford era un dios y para mí
mi padre era un Falcon blanco lleno de barro.
Todo podría haber terminado en ese error,
si la máquina no se hubiera perdido en el tiempo,
si los países hubieran detenido sus conquistas,
si el amor hubiera sido incierto. Lejos, tan lejos como la infancia
y en el patio de atrás de la juguetería de la historia,
Una máquina repite a dios sin cansancio. Plástico
liviano, con las manos en los bolsillos y la mirada de plomo
Henry aún mira al mundo como lo que es. Enfrente estoy yo.
El que no cree, el que no miente, el que al final del viaje
y de la fe, paga dos dólares para devolverlo al mundo,
y llevarlo como ofrenda a los brazos de mi papá.

Monday, October 18, 2010

En el camino - Santiago de Chile




Tres animales mitológicos, tres bestias de barro sin nombre.
Caben entre mis manos, los muevo y se rozan como amantes,
como yo quiero que se rocen, para que hagan ruido y se les raye el negro.
Para que sean algo parecido a un tigre, a un animal blanco y negro.
Los miro, los alzo, los creo y les creo un mundo en su futuro.
Soy un héroe, un soñador, un amante que ama insinuar la vida.
Un amante que ama criar la historia.
Qué importa que la reina me odie, que no me crea, que mire al avión y al espejo,
qué importa que no sepa cómo acariciarme como al cachorro que también soy
qué importa que no vea al nómade en su oasis, en la noche, entre las sábanas.
Ella es la última en el vuelo, yo soy el último en ella
Todo parece terminar en la sala de preembarque. Nadie lo sabe.
Ni nosotros, aunque ahí este el cartel que lo dice en neón.
En el otro lado del vuelo la vida volverá a ser nuestra
los animales encontrarán su lugar entre los libros, entre
todos los otros animales, en la historia, en el mito
en la fauna silvestre creada en otros viajes. En ella al final será
un vago recuerdo, un misterio, una vida más de paso. El héroe
y los animales, se guardarán en el futuro un lugar, unas palabras
el poder de saber ver en el pasado donde el futuro mostró su cara.

Sunday, October 17, 2010

En el camino - Dearborn II




Día a día, vos y yo
nos levantábamos pensando en eso
la fronda nocturna en que el lobo andaba desnudo
la luz, sí, también en la luz pero entre las ramas
dándole forma al follaje, a todo el verde, al silencio
a las sombras de la fauna, esos monstruos
que soltabas entre las sábanas. Sí
también nos levantábamos con ellos.

Día a día, vos y yo
nos despertábamos pensando en eso
la desembocadura del miedo, ese futuro
en que el Atlántico iba a masticarse diez años que no
esa mañana en que iban a volver las cartas
los poemas malditos y los negativos del verano.
Mi casa de juego, sí, también amanecíamos con el
patiecito de adoquines y de infancia.

Día a día, vos y yo
nos levantábamos también escondiendo todo eso

Thursday, October 07, 2010

En el camino -Mar del Plata VIII




El edificio inglés es una gran carpa de piedra,
una nave hundida en la fronda verde
de un juego en el que todos ganan. Los socios,
hombres vestidos aún en las manos de sus madres,
se juntan cada día a repetir sus hazañas.
Las banderas de sus corazones
sólo tienen dos colores, un escudo, la mugre del tiempo
la primera letra de cada palabra real,
los nombres de aquellos que ellos no son.
Abandonados, solos, ebrios de tanto gin tonic a las 6
de tanto golf en tierras extrañas
miran desde la ventana esa cancha íntima
ese escenario en el que ya no juegan más,
allí donde ya no saben,
el lugar que perdieron cuando se sentaron
bajo las banderas y los héroes, a contar
que en el tiempo en que nacieron
el whisky era mucho mejor y que, al final
todas las mujeres son iguales.

Wednesday, September 22, 2010

En el camino -Mar del Plata VII




Mientras todos huyeron del reino
a montar la cresta blanca del mar,
la reina juega sola en su castillo
esa fortaleza en que vive, su cabeza.
Mientras ella duerme, todos
saben lo que tienen que hacer: nada.
O fuego, para que los barcos y la noche
sepan dónde no terminar.
A la mañana y desde la torre,
la reina también enciende
con todo lo que encuentra a mano,
Una gran pira.
Entre las llamas sueña lo que más ama.
Todos vuelven mojados, esa mañana
llenos de sal y desnudos de su paseo marítimo
a rendirse, a explicar que no sabían
a besarle las manos a su majestad.
Cuando lo hacen, la reina llora.
Cuando lo hacen, siente que el castillo es ella.

Sunday, September 19, 2010

En el camino -Mar del Plata VI




Al partir, un gran cartel
que de día no dice nada, y de noche nadie ve.
Al partir la reina dejó eso
posado sobre el acantilado de sus últimas palabras:
un gran cartel para que en todo su reino se sepa
siempre, que no tiene más nada que decir.

En el camino - Mar del Plata V




Un páramo en el nombre
esa máscara que se desnuda
esa ilusión de que bajo el mismo cielo
se construye algo que el tiempo no termina

En el camino - Necochea




Tres balas con la cabeza cubierta de titanio
cargadas en el arma, en
el corazón de San Justo, contra las villas
miserias de esos negros de mierda
que metieron justo acá, tan cerca.
Ya no se puede vivir en esta ciudad, sino es
con una Beretta entre las piernas, como anda mi mujer
con el arma de su padre militar. Yo me asusté
yo me la llevé lejos, yo fundé Necochea, yo sé vivir
yo logre sacarle en un viaje esa arma, esas balas
ese traje militar, esa muerte cargada entre las piernas.
Yo soy su héroe. Y hoy sólo el viento me rodea
como una frazada helada que me blinda del miedo,
de los padres, del lugar donde nací
y al que nunca voy a volver

Thursday, September 16, 2010

En el camino - Posadas




I
Cien princesas bailan frente a Encarnayork, Paraguay
Chapoteando en el fango del nunca jamás. El rio
baja, con los restos fúnebres de la selva
Con los animales salvajes que le tiemblan en el lecho
Con la lluvia hecha espuma, viento, frío.

II
Doradas en brillantina, las princesas dan giros en puntas de pie
contra las cuerdas de la noche. Cuando paran a descansar
hablan de un lugar hermoso, de los aviones
de Paris, de los castillos, de las princesas que nunca llegaron
de los peligros del camino, del lobo del hombre que nunca es lobo.

III
Los amos de la ciudad, rodean a las princesas
contando kilómetros y muertos en sus 4 X 4
doblan en su pecho, con la punta de sus dedos, las sábanas del deseo.
Andan con la ventana abierta y el aire acondicionado prendido
Montados sobre los autos con que sueñan los niños en alguna provincia de Japón.

IV
Al lado de los movimientos, a cuerda por los tambores,
un tren que no va a salir nunca más es un resto, un muro,
una ilusión. Se llevan los niños rubios, se llevan los árboles
se llevan las princesas a bailar, mejor sería que se hubieran llevado
también el tren. Mejor es no dejar nada que dejar esto abandonado.

Sunday, September 12, 2010

En el camino - Corrientes




La mujer a la que un hombre no deja ir a ningún lado,
sale desnuda a la rambla de la noche. Los pies en el agua, dulce
la máquina de orar en el puño, el frio en algún lugar de la infancia,
el pecho lleno de flores. Los días contados hasta su madrugada.

El rio es su sueño, un sueño el cielo, el cielo un imán.
La atracción le devuelve todas las cosas de la memoria
en el murmullo acuático, en la fronda de la fauna aérea.
Es feliz porque así como lo trae
el agua se lo lleva, todo, entre las ramas flotantes,
la basura, el frío. Es feliz porque en la noche
nada es más cierto que su reflejo en el agua.

Friday, September 10, 2010

En el camino - Oberá II




En Oberá, dios es japonés y atiende un bar,
un viejo en silla de ruedas que fuma con el retrato de su Tokio
transformado en una postal de un sueño hecho pedazos.
También de Hiroshima. También de su familia hace mil años.
Bajo la sombra de sus fantasías, fuma, bebe
cuenta botellas, anota todo lo que pasa en un cuaderno Gloria
y da cuerda al motor de la vida con su zurda intacta.
En silencio, sentado sobre un almohadón hecho a mano
lee el diario, esperando que la presidenta de la nación llegue ese día
y se digne ir hasta su bar, hasta el mostrador desnudo,
con el sol aún bien en alto, a mirarlo a los ojos
a nombrarlo como lo que siempre fue,
un dios extraviado en un lugar extraño.

En el camino - Oberá




I
La selva lame la ruta
y los pies de los niños chapotean
en la orilla de esas olas verdes.
Pasos diminutos, hermanos de la mano
marchan bajo el sol de mediodía,
sobre la costura del asfalto y la tierra roja.

II
Montañas de agua en el lomo de los camiones
El trabajo de los niños, ya grandes,
con el corazón todavía andando de vuelta de la escuela.

La fronda embolsada lleva también sus cuerpos
el pasaje secreto a la selva
el hambre al que le ponen precio, el nombre imposible de los dueños

sus manos rojas,

a veces llenas de sol, a veces llenas de tierra
a veces llenas de fuego.

En el camino - Atlanta




Haciendo fila para entrar a un país,
la máquina de escribir tipea en mi cabeza
allí donde solo hay aire, cielo, kilómetros cuadrados
de un continente atravesado a 10000 pies.

El fuselaje de mi cuerpo aéreo
Entra con lo justo bajo las arcadas de mi sueño.
Tras este aterrizaje, todo de repente parece en orden:
hay un país esperando, tengo el destino escrito en un papel
defino mi ocupación en ocho letras, el guardián de la ley me sonríe
y yo recuerdo que Kafka ya habló de algo así.

Con el pasaporte sellado
entro caminando en el país de mis sueños
sonriendo, el super yo mirando a todos a la cara
y muchas ganas de matar.

Thursday, September 02, 2010

En el camino - Rio das Pedras




El agua blanda repite el morro, la memoria
esa pileta en que nadan los sueños que ya no sueño
y en los sueños yo, su majestad.

En el camino - Dearborn




I
Huevos benedictine y pancakes
junto a Henry Ford, plástico y con la mirada negra,
una maqueta tibia de un mundo que no existe más.
Ni ruinas del tiempo, del trabajo, de las despedidas.

De los aviones enemigos que cruzaron el pecho a oscuras

De la mentira secreta en que nunca dejó de vivir el yo

Del hambre de madrugada que palpó la espalda a ciegas.

II
Cereales y café con leche
la luz muele el sueño sobre la cama
entre las sábanas, el sol
ese animal extraño que deja ver todo lo que tapó el deseo.

Thursday, August 26, 2010

En el camino - Rio de Janeiro II




Las luces de Rio desde el cielo
limpian la memoria
esa fronda helada en que duerme la niña,
donde el vestido de lycra blanco cae entre plumas,
el corazón bordado con hilos de seda
rueda barranca abajo desde el morro,
y las aguas de marzo reparten a domicilio
toda la mugre del carnaval. No, no es
en ese paisaje que mi boca vuelve a decir amor
ni donde muerde las palabras que dijo, las que no
y las que sólo usó para no andar desnuda en una ciudad extraña.
Las luces de Rio desde el cielo
limpian la memoria
esa fronda helada en que entra la niña
y hace lo que siempre quiso hacer:
irse.

Sunday, August 15, 2010

En el camino - Buenos Aires




El gran hombre
hilvana el hilo de oro para ajustar su boca a la memoria.
Memoria, dice y repite el eco de su gran casa en llamas
la misma palabra, partida al medio.
Memoria, dice y repite el eco de su gran alma encallada
partida al medio.

Friday, August 13, 2010

En el camino - Mar del Plata IV




Primero acunó a su padre
en el fondo de la gran casa, su otro hogar
donde él amaba a todas las mujeres del mundo.
Ella les acercaba el agua caliente para el té
en una tetera de porcelana cascada, pensando
en una gota de sangre, en el amor, en la muerte.
Él terminó saliendo de la vida,
nunca de todas las mujeres del mundo que siguieron
yendo por el té. Por la mueca de un hombre en una mujer.
Vació la gran casa, simuló su historia en un gran mercado chino
en una casa de fiestas de esas que tienen juegos de colores
un pelotero, una casita para treparse y caer, animales raros.
Y cuando las luces encandilaban su cara, una noche desmanteló
las paredes, el secreto, las ruinas en que él la había construido.
Fue su venganza, transformar la casa en un amasijo de polvo
y ver, tomando el té, como los camiones se llevaban los escombros
su nombre, el nombre, los hombres todos que él había sido
para todas las mujeres del mundo. Y cada día reía
cuando jugaba, a correr una carrera infinita, a andar en una bicicleta
que no la llevara a ningún lado, sino hasta ahí,
a la par del vacío del hombre,
su hombre, los hombres todos que él había sido.
Cerca, el rumor de las voces que él esparció la arrullaba en su carrera
le señalaban un lugar en el pasado y que sí, algo había en el horizonte
y algo en todos lados, su ausencia.
Fue una trampa más, no quizás de él, si de su fantasma que fue polvo y
piedra, sin haber dejado nunca de ser ruina. No había nada.
No había nadie. Cuando las ruinas ya estaban sobre ella
Lo vio, en un instante, a él, caminando hacia el fondo de su casa
y las escuchó alborotadas, a todas ellas besando a su hombre
el nombre, los nombres que él era para ellas.
Y sintió una gota de sangre en su boca,
El amor y la muerte.

Monday, August 02, 2010

En el camino - Tandil




La fronda del frio,
una estola de plumas apasionada
me envuelve y me besa
en el momento exacto en que el Jeep
llega a 60 km por hora. Desde la guerra
que no llegaba tan lejos. Desde mi guerra
que no besaba algo tan frio.

Lejos y helado, el fantasma del amor
acecha en las calles de Tandil.

Tuesday, July 27, 2010

En el camino - Trelew II


(la foto es de Guido Piotrkowski)

I
En el bar del Touring Club, las reinas esperan su hombre
aquel que las llevará lejos, una mañana, en andas.
Todas dicen que Butch Cassidy era,
uno de esos que saben cómo hacerlo.
Algunos dicen que se fue a Australia, otros que nunca estuvo.
La reina mayor dice que así son los hombres:
o nunca están, o ya se fueron.

II
Del bandido sólo queden sus armas,
tiradas sobre la cama y sin balas,
y aún hacen temblar a las señoritas
que toman el té los domingos, coronadas.
Cuando nadie las ve, tocan el acero Winchester
y le cuentan a las amigas,
que levantaron de la cama con sus manos, el arma de un asesino.

III
Dicen que huyó porque extrañaba a su amada,
la que él toma con la mano helada,
sentado en el capot de un Ford, en su último retrato.
Dicen que en la cama solo hablaba
en su idioma natal
y que el colchón verdadero, no el que ahora lo reemplaza
era mullido, con plumas.
La mayor de las reinas asegura que
en esas camas los cuerpos caen en un mismo pozo
que el calor se confunde
con la fronda de plumas, con el frío de la helada
con el invierno, con el deseo de morir en la cama.
Con el amor.

IV
El hombre que las elige por toda la provincia
Les promete llevarlas siempre al Touring Club,
al cuarto del criminal,
al lugar donde el champán se lo regalan.
Ni bien entran por la puerta principal
les pone la cinta nacional, la corona preciosa
y las invita elegir cualquier mesa que quieran.
Ellas cuentan sus trabajos diarios,
las tareas que las hicieron reinas, él sus viajes maravillosos
las historias de todos los reinos,
la forma en que descarta en el mar los restos de su trabajo.
Ellas esperan escaparse hasta el cuarto del criminal,
él que ellas vuelvan a perderse en la estepa
Ellas que la historia sea suya, él ser inmortal,
ellas amor, él ser algún día al que elijan.

Monday, July 26, 2010

En el camino - Mar del Plata III




En el fondo del fuego, cruza como un rayo la noche
El iman que se llevó al secreto, las cien formas de su cara.

Todas las formas en que ella dijo

Y a veces ni siquiera eso

Y a veces ni siquiera ella.

Sunday, July 25, 2010

En el camino - Mar del Plata II




Lluvia, en el lomo del silencio
esa fronda helada en que ella duerme o señala.
Y a veces ni siquiera eso.

Y a veces ni siquiera ella.

Wednesday, July 21, 2010

En el camino - Puerto Madryn II




I
No soy yo el eco recortado de mi nombre
escrito en la misma pared en que explican las mareas
el océano, la fuerza lunar sobre la masa de agua.
No soy yo donde se hunden los restos del naufragio.

II
Saben, en la habitación donde sueña mi infancia
que los amos del amor no duermen aunque uno ya se haya ido lejos
aunque uno haya dinamitado la mitad de la casa,
para prender fuego la parte restante.

III
Nadie conoce lo que ama
ni el mar, ni el deseo del mar
en llamas. Nadie, nada, nunca
en el mar, ni en el deseo del mar
en llamas.

Sunday, July 18, 2010

En el camino - Puerto Madryn




El niño lee el Fondo del mar sólo
con la luz del cuerpo apagada
en la estepa nocturna de la madrugada.
Juega con las palabras, el océano
toda el agua entre los dedos,
viaja al futuro feliz, con una escafandra dorada
y todo el aire del mundo encapsulado.

El niño lee en el cuarto de la infancia
sólo es un buzo explorador en el lenguaje,
ese nido de monstruos que le enseñan
que la vida es un viaje, descubrir,
nadar en un mundo desconocido.

El niño ya no anuda, zurce
con las palabras que trae el mar
otra manera de decir yo.

Tuesday, July 13, 2010

En el camino - Rosario II




I
En Rosario construyeron una rambla para caminar sobre el agua
Y desde ahí, cuando pasan los barcos de paseo, se puede ver
Y saludar a los turistas, embarcados en un viaje a ninguna parte.

II
La rambla es una rampa con curvas que va siguiendo el contorno del rio,
aunque en el verano el agua subió 6 metros, no logró tapar el camino.
Los hombres sabios saben cómo calcular su obra para escapar de la naturaleza.

III
Los días de sol, aunque sea invierno, los barcos se llenan de gente
la mayoría se ponen camperas de colores, se cubren las caras
y sacan fotos del agua, los árboles con las copas hundidas en el rio,
los hombres que los miran, niños que corren en la orilla. En ese paisaje
se esconde el terror de descubrir que la memoria estará llena de lugares
donde nunca estuvieron, donde jamás van a volver a estar.

IV
El frio eriza el aire, o algo muy raro, que hace qué, como no pasa lejos del agua
se huela la mugre de los turistas que viajan en cubierta, el pez que muere
brillando sobre el hormigón armado, y el perfume a flores blancas y vino tinto
en los labios de una dama. Si se toman esos labios con la mano, el frio desaparece.

Wednesday, July 07, 2010

En el camino - Rosario




Camino a Rosario, dos torres Eiffel en los techos de Pergamino
allí donde siempre hay enormes tanques de agua dulce,
una señal más, de que ningún lugar está a salvo
de lo que pasa en el resto del mundo, o qué
hay una reserva de la obra del hombre, lista para sobrevivir
al fin del mundo, en el lugar menos pensado. Sin embargo
después de 9 horas en dos colectivos semi cama
en Rosario la torre se repite, en el frente de una gran tienda
donde señoras paquetas venidas a menos compran
las telas para vestirse de noche con luces, zurcidas con el amor
intacto. El recuerdo de todas las torres Eiffel vuelve
hasta la canchita donde aprendí a hablar como soñaba
con los restos óseos de mi lenguaje, la infancia.
Era una cancha sintética, llena de frío y de extraños
donde jugaba de 3 los sábados a la mañana. Para ir
me bajaba donde Marlon encontraba su último tango,
en Paris. El futbol, el rio, la torre y a la vera de la torre
nadaba los 90 minutos, entre los fantasmas del rio
el amante, ese hombre que ya no soy yo, intacto.
Pero no son las torres las que te dejan ver lejos,
son los hombres que las construyen y esperan
agazapados como la infancia en la memoria
para llevarte de la mano donde siempre estás solo
esa canchita artificial, donde todos hablan otro idioma.

Wednesday, June 30, 2010

En el camino - Capilla del señor




I
El señor que sabe lo que pasa en el tiempo
abre un mapa con las manos, en el aire, y la evaporación del alcohol pasa a ser un número
La cifra que el abuelo Juan no sabía estar bebiendo en las noches de la pampa.

Es que en la tierra donde crecen los granos los hombres no saben exactamente lo que pasa
no cuando se hace de noche y los camiones llenan los trailers con todo el oro del día.

II
En la capilla el niño duerme
ángel, precioso, dulce compañía
reza María mientras el abuelo Juan
duerme su cuerpo dándole besitos
Al old scocth whisky que guarda en el placard.

III
A la mañana el amor es la forma en que el abuelo Juan recibe la taza de café
con las dos manos
un beso en la frente de María, la alegría de las botas de cuero limpias
los chicos lejos, educándose como dios manda
los animales salvajes, las tranqueras cerradas, que la tierra en que viva tenga nombre
el señor que le deja en el escritorio
dinero, y separa una parte para el juicio final en la vida del abuelo Juan.

IV
A la mañana el abuelo Juan ara el campo, dice yo con sus manos,
mientras encuentra en el cielo la lluvia que hará feliz al señor
donde quiera que este esté.

VI
A la noche, sombras emplumadas, un frio eléctrico sacude los barriles
y la madera hace nacer el old scocth whisky del abuelo Juan.
A la mañana, medio siglo después seré yo el que vea en un mapa abierto en el aire
la historia de esa noche, el tiempo en piezas de madera engarzadas a mano
La ubicación de la sala de la que le enviaban amor a la pampa

Esos besos en la noche para dormir
solo para dormir como un héroe de su tierra.

Saturday, June 26, 2010

En el camino - Mar del Plata




I
Los hinchas de Aldosivi aprovechan la marea baja
para declarar su amor en un muro

se mojan los pies, cabalgan la espuma y el yodo en el mismo momento en que recuerdan la cursiva
olvidada ya en los recreos del primario.

II
Quien escribe amor como un niño sabe lo que hace.

III
Arena, agua, sal, el mar
lamiendo la obra de los hombres
con el amor de los que saben que todo eso tarde o temprano será destruido.

Tuesday, June 22, 2010

En el camino - Pergamino




En Pergamino hay un hotel donde las camas son rojas,
hay buena presión de agua y a la noche, si dormís boca arriba
las ninfas te besan el pecho. A veces la boca y siempre
vuelven a su patria, la televisión digital.

Hay un limonero que florece las cuatro estaciones
con los limones más amarillos y jugosos del mundo.

En Pergamino las cosas más bellas
crecen a la noche en o en el patio trasero
de la playa de estacionamiento de un hotel 3 estrellas.

Saturday, June 19, 2010

En el camino - Venado tuerto




I
La cama del coche no alcanza a dormir al monstruo
Incandescenete como uno de esos peces del fondo más hondo del mar
Cuando brilla revela, cuando se apaga asusta.

II
La ruta acuna a mis dueños nocturnos
les zurce su poder a mi infancia, el campito en que juegan a su antojo.

III
Al final del camino un taxista me cruza
la noche con la radio encendida
en algún lugar un gendarme le explotó la cabeza a un niño,
para su desgracia.
Él pide que hagan eso con los delincuentes y los tiren a un pozo.

IV
En la otra punta de la noche está Venado Tuerto
La mujer que festejaba la carne exportada
Y exigía para ella la mejor a un precio miserable.
La noche vio dormir a ella e hizo de mí un viajero
Un rehén, un señalado.

Al final del viaje
el hombre que sabe cómo debe morir la gente
Me lleva dormido a mi cama.

En el camino quedaron sus aliados
Jugando a los arqueólogos con los restos óseos de mi cabeza prendida fuego.

En el camino - Trelew




I
No viajamos juntos
él me lleva
como un cachorro, una promesa
como el viento que hace del mar espuma
brisa
sal
arena.

II
Dice que estamos en lo más alto de esa tierra
Yo veo una planicie con arbustos oscuros helados
y el horizonte hundido
como la lluvia entre los árboles.

III
Él sabe los nombres de cada especie, cada planta, los animales.
“los guanacos a veces se cruzan en la ruta, desde que dejaron de cazarlos ya no temen”

Las armas y la muerte ahora están en la ruta, el temor se mudó a los hombres.

IV
Cruzamos la señal que dice Comodoro Rivadavia 165 km.
A la vera un hombre montado en una yegua
surce el camino a las señales,
la tierra al lenguaje de la propiedad, su nombre.

Cuando encuentra un animal muerto
separa la piel de la muerte y la cuelga en el alambre.
Al final del día, las bestias y la noche no dejan nada.

Los que pasamos nos perdemos ese espectáculo
Adormecidos de tanto desear el futuro que anuncian los carteles.

IV
Al final somos nosotros
Las palabras, nuestras historias
los que dividen la tierra,

no el camino que hicieron otros.

Monday, June 14, 2010

En el camino - Gaiman



Dice la mujer que corta las tortas que la princesa era deliciosa

dice que durmió sin trabar la puerta y que reía de noche

dice que en los restos de su té se adivinaba un futuro luminoso

dice que ella se lo dijo

dice que la que más le gustó fue la de frutillas

dice que llevaba una corona brillante como la plata que sacan de los cerros

dice que sólo se la sacaba a la noche

dice que parecía caminar sobre el agua

cuando andaba por las calles de tierra del pueblo.

Tuesday, May 18, 2010

En el camino – Mendoza I



I
El equilibrio desnuda, un poco miente, a veces sabe.

II
Está en los pies el amor, la escala que mide la gran casa prendida fuego donde se viste la noche.
Está en la sombra emplumada.

III
Un día esos pies caminarán sobre un precipicio, las manos, los amantes
Mientras tanto pasan.
La belleza pasa.
De un lado al otro.
A veces vuelve.
Pasa.
En equilibrio,
efímero, en llamas.

Monday, May 17, 2010

En el camino - Santa Fé I



En mi historia de la cerveza Santa Fé es una promesa
un cielo, la maqueta del futuro hace mil años.

El problema es cuando uno llega
Y el lugar está vacío
Y las manos se sienten como copos de algodón
Y la espuma parece la del mar en Marzo.

El problema es cuando uno llega
Y el placer está vacío.

Thursday, March 25, 2010

En el camino - Rio de Janeiro



Mané
Te ví en verano
Contra el litoral de la bulla en llamas
perdido
y errante
entre las copas y el fango de la madrugada.
Estabas en el cielo de un baño infectado
mirando hacia el arco del horizonte, mi sol
la espalda del morro, los bailarines de la luz.

Cuanto cuentan los que vivieron en tu enero
y la mujer que te cocía el calor al pecho
que no había forma de salir de tu ciudad secreta.
Que eras una estrella, una llamarada,
Un dios subterráneo, un niño.