Monday, June 23, 2008

la historia

Hasta estas costas llegaban las vacas que arreaban los jesuitas, con el trabajo de los indios misioneros, a principios del siglo XVIII. Carne para las misiones. Carne para las colonias.

Etienne Moreau, corsario francés, desafió a portugueses y españoles, y llegó hasta la costa de Valizas en 1717 y logró un acuerdo comercial con la comunidad indígena de la región para proveerse de cueros. Exitoso en su empresa comercial, volvió con refuerzos en cuatro barcos y mantuvo una factoría para trabajar los cueros. Dicen que los portugueses y contrabandistas de tierra adentro, cooperaron con el negocio francés instalado en esas costas. ¿Con qué habrán recompensado a los habitantes indígenas?

Los españoles decidieron acabar con el negocio francés y desembarcaron en 1720 en inmediaciones del arroyo de Valizas. “Conducidos los españoles por el nuevo baquiano y transitando con acentuado riesgo por ríos y bañados, continuaron la marcha con gran dificultad, llegando el 24 de mayo de 1720 a ocho leguas de Castillos... Con la tropa alivianada emprendió el camino definitivo hacia el establecimiento de Moreau a las siete de la tarde, avanzando toda la noche hacia los Castillos Grandes o Balizas... El guía... les llevó a un pantano muy peligroso que terminaba a una distancia de tiro de fusil de las barracas francesas. No obstante las tropas hispánicas lograron vadear el bañado ordenadamente y ocultos por la espesa niebla. Los galos, que eran buenos soldados, advertidos de lo que pasaba, pasaron a contestar el ataque con intensas descargas durante media hora, mientras los indios guenoas se aprestaron al combate”. “La batalla se dispersó en diversos agrupamientos, destacándose por su serenidad y firmeza el capitán Etienne Moreau que se situó en primera fila para arengar a sus soldados. Esta posición facilitó que chocara con el ayudante Don Pedro José Garaycoechea quien le descerrajó un balazo en plena boca, destrozándole el rostro y dejándolo muerto en el acto... De ahí que nuestro arroyo Balizas, en ese 25 de mayo de 1720 sirvió de tumba para estos bravos guenoas.”.

En los médanos que se ven en el fondo, se demarcó el límite entre los reinos lusitanos y españoles en el tratado de Madrid o Permuta, en 1752. Había una placa que marcaba este hito, aunque esta ha desaparecido. La tierra parece entrar en el Mar, y forma un contorno con varias puntas. Estas forman un tridente. La llaman Punta del diablo. Detrás de las dunas, y caminando por la playa, se llega a Cabo polonio.

En esas dunas, se pueden encontrar restos de fósiles de animales prehistóricos y de los campamentos indígenas. Varios pobladores atesoran morteros, puntas de flechas y hasta boleadoras.

A la izquierda de las dunas, se ve una línea oscura, delgada, apenas sobresaliendo de la línea del horizonte. Ahí hay una colonia de lobos marinos. En 1833, se fundó la Fábrica de pescado La Oriental. Diez pescadores demostraron que solos podían pescar una tonelada por día. La compañía de lobos logró bloquear esta iniciativa. Los lobos están ahí. Dicen que cada uno atrapa unos trescientos kilos de pescado por día, aunque come solo cien.

Dejamos una red en el mar, todo un día y la noche. A la mañana encontramos unos siete pescados. No eran grandes, pero comimos cuatro personas. Estaban muy ricos.

Al final de la playa, sobre la derecha, fuera del cuadro, está el arroyo que en primavera logra descargar su agua dulce en el mar. Nunca se sabe como armará su curso cuando las aguas crecen. Algunos años arrasó con las casas que estaban cerca de la costa. Desde la laguna hasta la desembocadura del arroyo, se tienden trampas para cazar pescados y camarones. Así, en la parte de agua dulce que está más cerca del mar, solo se encuentran camarones pequeños o lisas. Dicen que también algún lenguado.

La zona en que está Valizas está dentro de lo que se da en llamar “El infierno de los navegantes”. Muchos barcos han naufragado en esas aguas. En 1842 se hundió la Leopoldina. De trescientos tripulantes solo sobrevivieron 56 hombres, 5 mujeres y 18 tripulantes. Algunos se radicaron en el departamento de Rocha y Castillos, el pueblo más cercano a Valizas.

En 1869 naufragó el bergantín “Bessie Stanton” de bandera inglesa. Llevaba rieles para el primer tren que se estaba montando en Uruguay. Hoy ya no hay trenes funcionando en Uruguay.

Dicen que hay un barco hundido que traía yerba. Y que algunos se sumergen en el agua a buscar los paquetes, los secan al sol y así se proveen para los mates.

En el bar del pueblo, se come, milanesa, papas fritas y, a veces, algún guiso.

Una cámara encuadra una parte, pero la historia hay que atraparla. A veces con un arpón, a veces con una red, a veces mirando el cielo.

1 comment:

Javier Delfino (javoc) said...

A veces volviendo a hundirse como los barcos que estan ahí abajo. Con carbón de coke para fraguar los barrotes de lo olvidado. Chaaa!! que pueta que me vine hoy.