Al final de treinta y un cócteles está el pasado
La esquina plateada que guarda el radar una vez por semana,
a veces, las esquirlas del humo en la cara
otras el deseo. La memoria del deseo, o nada.
Al final de treinta y un cócteles está el pasado
Los banquetes del amor y la muerte
la coincidencia de marcas, con las que ni vos ni yo somos felices.
Al final de treinta y un cócteles está el pasado
La razón regalada que espía una mujer de ojos celestes
Y se lleva mi diario en las manos.
Al final de treinta y un cócteles está el pasado
Una mujer, el deseo
nada
2 comments:
Entonces metele dos cocktails al año, de base.
Lo que no nos mata nos fortalece, parece...
Y las esquirlas de todos los que hemos tomado en la garganta. Cuanto aprendimos de todos los sabores.
Post a Comment