Tuesday, July 15, 2008

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Al final de treinta y un cócteles está el pasado

La esquina plateada que guarda el radar una vez por semana,

a veces, las esquirlas del humo en la cara

otras el deseo. La memoria del deseo, o nada.

Al final de treinta y un cócteles está el pasado

Los banquetes del amor y la muerte

la coincidencia de marcas, con las que ni vos ni yo somos felices.

Al final de treinta y un cócteles está el pasado

La razón regalada que espía una mujer de ojos celestes

Y se lleva mi diario en las manos.

Al final de treinta y un cócteles está el pasado

Una mujer, el deseo

nada

2 comments:

Shalena Mitcher said...

Entonces metele dos cocktails al año, de base.

Lo que no nos mata nos fortalece, parece...

Javier Delfino (javoc) said...

Y las esquirlas de todos los que hemos tomado en la garganta. Cuanto aprendimos de todos los sabores.