I
Huevos benedictine y pancakes
junto a Henry Ford, plástico y con la mirada negra,
una maqueta tibia de un mundo que no existe más.
Ni ruinas del tiempo, del trabajo, de las despedidas.
De los aviones enemigos que cruzaron el pecho a oscuras
De la mentira secreta en que nunca dejó de vivir el yo
Del hambre de madrugada que palpó la espalda a ciegas.
II
Cereales y café con leche
la luz muele el sueño sobre la cama
entre las sábanas, el sol
ese animal extraño que deja ver todo lo que tapó el deseo.
1 comment:
Lindo planeo sobre la mesa, con aviones que cruzan en el pecho.
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