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al bailar y hablarle al oido del placard
es escuchada, pero sus palabras se doblan como camisas.
La piel desnuda
envenena
en aroma a Aloe y Alantoina
mi espuma privada.
Precioso pliegue de la palabra placer
Ardiendo bajo la lengua.
Mis manos sueltas como pétalos
caen
mucho,
poco, nada
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